¿Conocen los fabricantes su propia fiabilidad?

     Todos hemos odio en algun medio de comunicacion una noticia recurrente año tras años,  y es el informe anual de alguna consultororia “independiente” que realiza un estudio consultivo del cual se extrae un raking de marcas mas fiable, y por supuesto de las que menos.

     La mas conocida es JD Power, una empresa estadounidense de investigación de datos y análisis de consumidores y realiza encuestas de satisfacción del cliente, calidad del producto y comportamiento del comprador para, banca, telecomunicaciones, seguros, salud, viajes, servicios públicos y por supuesto para el sector automotriz. 

     Este tipo de informes se basan en encuestas a los propietarios de los vehículos, lo cuales manifestar su experiencia con la marca independientemente de la gravedad del problema, lo que pone de manifiesto que tiene el mismo peso el cliente insatisfecho por no conéctale bien el bluetooth con el móvil, que al que se le ha quemado el motor, por lo que este tipo de rankigs sensacionalistas no es mas que un negocio de JD para hacer presión mediática para luego vender a las propias marcas como mejorar la percepción de satisfacción de los clientes, no interviniendo de ninguna manera en asesoramiento en la mejora productiva, así que mejor no dejarse llevar por este tipo de informaciones subjetivas, con un claro sesgo económico.

     Así pues desde un punto de vista objetivo, que si trabaja toda la industria automovilística son los datos que estas mismas deben de entregar en el mercado de valores, para poder operar en bolsa, y aunque en un principio parezca que no tiene nada que ver una cosa con la otra, las marcas para poder entrar en bolsa han de cumplir ciertos requisitos como desglosar económicamente los números de la empresa.

    Esta obligación hace que las marcas tengan que poner encima de la mesa del mercado de valores una serie de números y datos que si bien están enterrados de forma bastante encriptada, empresas de análisis de datos menos mediáticas como warranty week publica para sus clientes.

     Estos informes indican dos tipos de porcentaje:

     1.  Cuanto capital va a reservar el fabricante para cubrir las averías y fallos de fabricación por año fiscal.  

Warranty Week

     2.  Cuanto capital a gastado en reparaciones en garantía en el año fiscal anterior.

     Warranty Week 1

        Este indicador refleja la confianza que las marcas depositan en la calidad y fiabilidad de sus productos, así como en la gestión de posibles contratiempos.

     Tomemos, por ejemplo, el caso de BMW en 2020. La compañía reservó inicialmente un 3.8% de sus ingresos por ventas para hacer frente a posibles reclamaciones, pero finalmente incurrió en gastos equivalentes al 2.8%. Este resultado supuso un aumento del 1% en beneficio para sus accionistas.

     En el año siguiente, tomando en cuenta la experiencia del periodo anterior y la ausencia de lanzamientos de nuevas tecnologías, BMW redujo a 3% la previsión de gastos para reclamaciones, aunque finalmente gasto un 2.8%, logrando una disminución del 0.4% en los costos asociados y aunque este porcentaje puede parecer modesto, se tradujo en beneficios sustanciales en términos monetarios.

     Un caso destacado es el del grupo Volkswagen, aún afectado por el escándalo del dieselgate. La compañía destinó un porcentaje significativo de las ventas de cada automóvil para hacer frente a garantías y reclamaciones, dado el persistente desafío de mejorar su imagen y resolver problemas en los procesos productivos y nuevas tecnologías.

     La interpretación de estos datos revela que marcas japonesas como Toyota o Nissan demuestran una confianza sólida en sus productos al reservar sumas relativamente pequeñas para contingencias y registrar un bajo índice de reclamaciones.

     En conclusión, este análisis de información bursátil evidencia que las marcas poseen un conocimiento profundo de la calidad y tasa de fallos de sus productos. Año tras año, ajustan sus estrategias financieras en función de mejoras tecnológicas, buscando mejorar su ratio de reclamaciones o asignando mayores recursos para el lanzamiento de modelos o tecnologías nuevas cuya fiabilidad aún está por determinar, por lo tanto aunque es complicado saber si un coche es mejor que otro, gracias a este tipo de información es posible inclinar la balanza hacia un modelo o huir de otro.